Resulta gratificante comprobar que la confección de la Cruz de Mayo convierte nuestro casal en punto ineludible de reunión llegado el momento de ponerse “manos a la obra”. Son numerosas (casi medio centenar) las personas que, en mayor o menor medida, colaboran en la realización de esta obra de arte floral efímero. Toda ayuda es buena y eso hace que nos sintamos orgullosos de ese grupo de trabajo que, un año más, ha hecho posible que podamos “plantar” otra de nuestras creaciones artísticas que sirven para mantener viva esa preciosa tradición de la Festividad de la Cruz.