MAYO 2018
Crónica de una visita inolvidable. Día 2: Llegada a la Parroquia de la Virgen de los Dolores
Muy a nuestro pesar habíamos dejado la demarcación después de vivir momentos inolvidables, cargados de emociones incontenibles y felicidad…mucha felicidad. En nuestros corazones seguía muy vivo el homenaje a la Mareta y la respuesta del numerosísimo público asistente que, en su gran mayoría, nos seguían acompañando en la comitiva procesional que acompañaba a la patrona hasta la Parroquia de la Virgen de los Dolores.
Estábamos empeñados en acompañarla durante su amplio recorrido por las calles pertenecientes a la Junta Parroquial y así lo estábamos demostrando en cada momento. Numerosa representación de nuestra falla la escoltaba por las diferentes calles mientras otro grupo quedaba encargado del desmontaje de los engalanados altares y escenarios montados para tan significativa ocasión. Un dispositivo que funcionaba a la perfección para que el barrio recobrase la normalidad de forma inmediata tras dos jornadas de intensa actividad.
Una vez depositada en su nueva morada, la Virgen sintió una vez más en cariño y la devoción de los nuestros que, como no puede ser de otra manera, quisieron inmortalizar el momento fotografiándose a sus pies para dejar constancia del momento tan significativo que estaban viviendo.
Al marchar, un sentido ¡hasta mañana, Mareta! servía para dar las buenas noches a una imagen que se nos había metido en el corazón desde el primer momento de su visita.