MAYO 2018
Crónica de una visita inolvidable. Día 2: ¡Hasta siempre, Mareta!
Había finalizado un acto emotivo, entrañable, sentido…marcado por la devoción y, por supuesto, por el agradecimiento a la visita de la Mareta que había cambiado completamente la imagen de un barrio que había vibrado de emoción ante su presencia. La espera, prolongada a lo largo de más de dos décadas, había valido la pena y así lo demostraba una multitud que se congregaba, agradecida y feliz, en torno al anda que la portaba.
Falleros, vecinos y feligreses, se agolpaban entorno al altar preparado al efecto para vivir, con especial intensidad, ese momento tan popular y tan íntimo a la vez. Un acto que sirvió para acercarse más a una Patrona que, estamos seguros, sonreía en sus adentros ante la extraordinaria demostración de fervor popular que estaba viviendo. El ambiente era absolutamente espectacular y eso no pasaba desapercibido para nadie.
Pero, como todo en la vida, las cosas tienen un principio y un final…y, muy a nuestro pesar, llegaba el momento de concluir con nuestro sentido homenaje; de despedir a la Geperudeta mientras agradecíamos, muy sinceramente, el profundo sentimiento que habíamos experimentado con su agradable visita.
Su salida de nuestra demarcación también fue apoteósica….tanto que la decisión firme de cuantos estábamos allí era de que, aunque su visita finalizaba en nuestro barrio, la Imagen Peregrina de la Virgen de los Desamparados seguiría recibiendo el acompañamiento que merece e innumerables muestras de afecto en el transcurso de toda su visita. Ese era nuestro objetivo primordial y así lo cumplimos hasta el momento de su despedida.
Su presencia había supuesto un antes y un después en la historia de nuestra comisión y eso no se olvida fácilmente.