La cara de la cruz

Conseguir el máximo galardón de cualquier concurso es, además de lo apetecido por sus diferentes participantes, signo evidente del trabajo bien hecho y motivo de enorme satisfacción para sus artífices. Si a esto le añadimos la tremenda dificultad que conlleva obtener la mejor valoración del jurado cuando hay casi medio centenar de concursantes intentando conseguirlo es, sin duda alguna, motivo de orgullo y felicidad.

Así nos hemos sentido cuando se ha dado a conocer el veredicto del jurado que la Sociedad Lo Rat Penat ha formado para la valoración de las 53 Cruces de Mayo participantes en el concurso que organizan anualmente y que nos ha llevado a conseguir el Primer Premio de la Sección B (cruces que no superen los 3 m de altura y cuya flor no supere los 500 €) tres años después. Un éxito más al que hay que añadir que ocupamos puesto en el podio por sexto año consecutivo.

Pero toda cruz tiene su cara.... caras en este caso; las de los miembros de la Falla del Duc que la han hecho posible y que, en la medida de sus posibilidades, han ocupado parte (o en algunos casos todo) su tiempo libre en confeccionar una cruz que ya luce esplendorosa en su ubicación habitual. Una cruz de Primer Premio que destaca por su diseño, originalidad y modernidad, a la que no le falta el encanto de lo clásico.