Marcos Soriano Soriano
Volver a empezar
Por muchas ilusiones que te hagas, por mucho que planifiques las cosas, aunque tu trabajo haya sido merecedor de posicionarte entre los mejores, al final es el destino el que te coloca en los diferentes caminos que vamos recorriendo en nuestra vida terrenal. Y no siempre son los que te gustaría andar o los que pensaste que servirían para llevarte a cumplir otras etapas, a llegar a otras metas que antes veías lejos y que ahora las teníamos al alcance de nuestras manos divisándolas en un horizonte cada vez más cercano. Es el caso de nuestro grupo de teatro adulto que ha tenido que dar un paso atrás en su exitosa andadura.
Sí, por mucho que me duela y a pesar de haber sido acreedores del sitio solo reservado a los grandes de la escena fallera hoy el Duc de Teatre no estará en el sorteo de fechas del concurso que organiza la Delegación de Cultura de la Junta Central Fallera. Y no estará por una serie de desgraciadas cuestiones que todos conocéis y que nos han hecho parar, dejar pasar ese tren, aunque solo sea de forma temporal.
Hoy no se abrirá el telón que nos dé acceso a gran teatro de los sueños, ese que tanta gloria nos dio el pasado año y que hoy echamos de menos. Pero la vida nos ha obligado a representar otro papel más real, más crudo...más auténtico; un papel de esos que nunca te esperas, de los que no tienen derecho al error, de esos que no esperan ni la crítica ni los aplausos del público, solo el éxito final de la representación. Ni siquiera hemos podido dirigir esta obra que nos ha tocado representar pero debemos centrarnos en ella para conseguir el premio más importante...el de la vida.
Hoy no estaremos en el concurso pero volveremos, si Dios quiere volveremos, para seguir interpretando esos papeles que nos hacen disfrutar (por dramáticos que sean) porque solo son eso, guiones que nos convierten en personajes que escenificas sabiendo que cuando caiga el telón serás el mismo de antes, que todo lo que ocurre en el escenario es ficticio, que al final todo vuelve a su sitio.
Ojalá en la vida todo fuera igual pero eso es una utopía que jamás podrá cumplirse, la vida es otra cosa....una representación que cuando más cómica parece sorprende con un doloroso final que nos marca hasta el final de nuestros días. Yo ya la he vivido y necesito tiempo para asimilarla, para comprenderla y para sobrellevarla; por eso hago este paréntesis que llenará de nostalgia mi afición pero de alegría mi vida, porque me permitirá seguir disfrutando del mejor papel de mi carrera junto a quienes más quiero y eso ni se estudia ni se ensaya.....ni siquiera se representa; solo se vive y, con eso, tengo bastante.
Marcos E. Soriano
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